Foto: Theodore Gray
El pasado 20 de julio se emitió en Cuatro, dentro del programa Cuarto Milenio, un reportaje de 'investigación' acerca de las propiedades del agua de algunos manantiales españoles y que llevaba el llamativo título de "Las fuentes del corazón" (una búsqueda en Youtube con este nombre nos permitirá ver el vídeo en cuestión). Creía que sólo iba a escuchar los típicos comentarios de lo milagrosas que son las aguas de San Ventano para crecer más sano o las de Fuendeverte para crecer más fuerte. Pero no. Además de todo lo anterior, Iker Jiménez y sus colaboradores quisieron poner un toque de seriedad científica al asunto que duró lo que tardó en salir un nombre a la palestra: el del Dr. Masaru Emoto.
Personalmente, aunque critico todas las trazas de pseudociencia que aparecen en los medios de comunicación, es con este tipo de temas con los que mi discurso se vuelve más vehemente, porque aparte del engaño mental y monetario a las víctimas, juegan con la baza de la salud y emiten promesas de esperanzadoras recuperaciones de enfermedades difíciles de tratar por la medicina 'ortodoxa'. Y con el tema del agua el tratamiento por parte de estos 'investigadores' es francamente curioso: desde las teorías sensibles del Dr. Emoto (que veremos en este post) hasta las prodigiosas ideas de la memoria del agua, una de las bases de la homeopatía (tema que trataré en un futuro). En esta serie de artículos (decidí separarlos ya que me parecía excesivo para uno sólo) comentaremos las teorías y experimentos del Masaru Emoto y el reportaje anteriormente citado. Pero, ¿quién es el tal Dr. Emoto y qué demonios ha hecho para que le dé tanta coba?
Masaru Emoto es un graduado en Relaciones Internacionales (sí, así es) por la Universidad de Yokohama. Fascinado por el mundo de la salud y el cuerpo humano consiguió el título de Medicina Alternativa (?) en la Open International University en Sri Lanka, un ente que da sus títulos por correo, como el CCC. El título de doctor se lo dieron en el mismo organismo gracias a su Tesis "Relación entre 108 cargas emocionales y 108 elementos químicos" (¡108, 108, Execute! Oh, creo que tengo que dejar de ver la serie Lost :-P). El nombre de Emoto adquirió notoriedad tras la aparición de su autopublicado primer libro "El mensaje secreto del agua" en 2001 y fue conocido por el gran público a raíz del 'documental' de fondo pseudocientífico "¿Y tú qué sabes?" estrenado en 2004, del que quizás hable en otro momento ya que mezcla física moderna y misticismo e intenta asignar un trasfondo científico a algo que no lo tiene.
En un principio, las hipótesis de Emoto iban encaminadas a demostrar las aparentes diferencias que existían entre las aguas de mayor calidad y las que no lo eran tanto, algo que a primera vista no parece descabellado. La gracia viene cuando se añaden unas cuantas ideas peregrinas a su tesis para acercarla más acorde a la 'Medicina New Age' que tan buenos resultados estaba dando muchos de sus compañeros. La teoría final de Emoto sugiere que el agua no sólo tiene propiedades químico-físicas habituales (pH, sales,...), medibles en cualquier laboratorio, sino que además posee la cualidad de cambiar su estructura molecular (?) y también algunas de esas propiedades por la acción de estímulos externos. Citando textualmente al propio Emoto: 'las moléculas de agua son afectadas por palabras, pensamientos y sentimientos'. ¿Hay alguna manera de demostrar eso? Según Masaru Emoto sí: congelando el agua mientras se expone a esos estímulos y observando como de 'hermosos' (sic) son los cristales de hielo resultantes (empezamos bien). Lo mejor de todo era la clase de estímulos a los que sometía al agua. Música de diversos estilos y...¡etiquetas con palabras pegadas a los recipientes!Para llevar a cabo los experimentos, las muestras de agua que se querían analizar se repartían entre cien placas de Petri para después congelarlas a -25ºC durante tres horas. Los resultados de los experimentos de Emoto, cómo cabría esperar, fueron 'sorprendentes'. Para Emoto y sus pupilos, al hacer cristalizar el agua con música de Beethoven la estructura de hielo era bella y proporcionada, mientras que si la música de ambiente era rock o heavy (¿por qué la culpa de todo es del rock :-D?) los cristales tenían dificultad al formarse o simplemente eran deformes y feos (así hemos salido algunos, si lo llego a saber...).
Ejemplos de cristalización de hielo bajo diversos estímulos (según Emoto).
Algo parecido sucedía (siempre según Emoto) cuando se colocaban palabras de diversos significados en los recipientes. Palabras hermosas (amor, gracias...) daban cristales hermosos. Y al contrario, palabras de significado negativo (odio, satán...) provocaban cristales horrendos. Algunas imágenes se nos muestran en el vídeo anterior recopilado por algún seguidor de Masaru Emoto.
Lo mejor de todo viene cuando conocemos cómo se han hecho los experimentos y se han analizado los resultados. Lo que el Dr. Emoto no nos dice es que las imágenes que muestra en sus libros son sólo aquellas que confirman su tesis, mientras que otras (en las que no obtiene los resultados acordes a su idea primigenia) son desechadas sin ninguna impunidad y relegadas al rango de errores en la medición. Para terminar de arreglarlo, Emoto desconoce cual es el motivo de la realización en cualquier trabajo de Ciencia de los análisis de doble ciego, que no es otro de evitar que los prejuicios del investigador contaminen de algún modo los resultados. Muy al contrario, Emoto afirma que el fotógrafo o quién quiera que esté midiendo tiene que ser de buen corazón y creer en el poder del agua para que los resultados salgan bien (¡y olé!). ¿Pero es que este hombre no sabe lo que es trabajar según el Método Científico? No sólo no lo sabe sino que además tiene la desfachatez de vanagloriarse de ello. Valgan como prueba estas declaraciones suyas:
Paradójicamente, mientras Emoto usa el método científico para iniciar la investigación (cuando observa un hecho, formula una hipótesis, y realiza un experimento para demostrar su veracidad), falla cuando deja de tener en cuenta la influencia del investigador en las medidas. Es decir, se queda con la parte del pastel que más le gusta. Por supuesto, ningún otro grupo investigador ha sido capaz de replicar los resultados del Dr. Emoto. La respuesta del mismo doctor no podía ser otra que la de 'es que los investigadores no creían en lo que hacían'. Perfecto.
Para acabar este primer post os recomendaría que visitáseis la página personal de Emoto, y sobre todo la parte de respuesta a mensajes de sus seguidores. Algunos no tienen desperdicio y se puede uno echar unas risas. Aunque más que risa, algunos mensajes de respuesta habría que denunciarlos por inconscientes. Como ejemplo, valga el que cito a continuación en el que una mujer pide consejo acerca de un par de 'tipos de agua' para sus hijos:
Creo que no necesita muchos comentarios. Sólo espero que esta pobre mujer no tenga muchos niños a su cargo, o que a estos les guste más la Coca-Cola que el agua., por que si no...
En el siguiente artículo trataremos algunos aspectos físicos de la creación de cristales de hielo, para ver si puede haber algo de verdad en las teorías de Emoto.
Lo mejor de todo viene cuando conocemos cómo se han hecho los experimentos y se han analizado los resultados. Lo que el Dr. Emoto no nos dice es que las imágenes que muestra en sus libros son sólo aquellas que confirman su tesis, mientras que otras (en las que no obtiene los resultados acordes a su idea primigenia) son desechadas sin ninguna impunidad y relegadas al rango de errores en la medición. Para terminar de arreglarlo, Emoto desconoce cual es el motivo de la realización en cualquier trabajo de Ciencia de los análisis de doble ciego, que no es otro de evitar que los prejuicios del investigador contaminen de algún modo los resultados. Muy al contrario, Emoto afirma que el fotógrafo o quién quiera que esté midiendo tiene que ser de buen corazón y creer en el poder del agua para que los resultados salgan bien (¡y olé!). ¿Pero es que este hombre no sabe lo que es trabajar según el Método Científico? No sólo no lo sabe sino que además tiene la desfachatez de vanagloriarse de ello. Valgan como prueba estas declaraciones suyas:
'Afortunadamente, empecé a trabajar sin ninguna base científica moderna. No conozco el límite que me detenga a la hora de investigar en algunos campos...'
Paradójicamente, mientras Emoto usa el método científico para iniciar la investigación (cuando observa un hecho, formula una hipótesis, y realiza un experimento para demostrar su veracidad), falla cuando deja de tener en cuenta la influencia del investigador en las medidas. Es decir, se queda con la parte del pastel que más le gusta. Por supuesto, ningún otro grupo investigador ha sido capaz de replicar los resultados del Dr. Emoto. La respuesta del mismo doctor no podía ser otra que la de 'es que los investigadores no creían en lo que hacían'. Perfecto.
Para acabar este primer post os recomendaría que visitáseis la página personal de Emoto, y sobre todo la parte de respuesta a mensajes de sus seguidores. Algunos no tienen desperdicio y se puede uno echar unas risas. Aunque más que risa, algunos mensajes de respuesta habría que denunciarlos por inconscientes. Como ejemplo, valga el que cito a continuación en el que una mujer pide consejo acerca de un par de 'tipos de agua' para sus hijos:
[Pregunta] Sra. ---- ----, Australia, 41 años, Educadora infantil
¿Cuál es la diferencia entre el agua destilada y el agua desmineralizada que se compra en el supermercado? ¿Cuál debemos beber? ¿Son iguales? ¿Debo darles a mis hijos alguna de ellas?
Compré una botella de agua desmineralizada que decía: desionizada, para uso en planchas, baterías, radiadores de automóviles, revelado de fotos, riego de plantas, etc., no está indicada para consumo humano o uso médico.
Me encanta su libro, Masaru, felicidad infinita para usted, -- x
[Respuesta]
Elegiría agua destilada, ya que el agua destilada lo absorbe todo, tal como un niño inocente que tiene un corazón puro. Es por ello que creo que el agua destilada sería mejor, asumiendo que dirige al agua varios deseos y oraciones.<>
Creo que no necesita muchos comentarios. Sólo espero que esta pobre mujer no tenga muchos niños a su cargo, o que a estos les guste más la Coca-Cola que el agua., por que si no...
En el siguiente artículo trataremos algunos aspectos físicos de la creación de cristales de hielo, para ver si puede haber algo de verdad en las teorías de Emoto.
6 comentarios:
La leche, vaya pedazo de post. En fin, eso es como lo de mirar al sol porque allí se ha aparecido la virgen, la muy jodida (!) en qué sitios se le ocurre aparecer. Y con lo de la mujer esa de Australia me he quedado más preocupado que un cura bautizando a un gremlin.
Pues nada, enhorabuena. Y que no decaiga ya esto.
Tu no leilte de mi. Yo mandal a ti agua con etiqueta de anis del mono. Y luego ponelte pegatina de la daiana de uve en tubelías de casa. Tu jodel.
Muchísimas gracias Larsis von Laris. Vamos a ver que nuevos temas aparecen por aquí que sean interesantes y que no los fastidie demasiado con mi estilo impresentable. Por cierto, se admiten consejos sobre temas posibles.
Dr. Emoto, muchas glacias pol visital mi blog. La botella de anís del mono me la envía llena que ya me encargaré yo de vaciarla y llenarla de agua :-).
La escala de hermosura del cristal de hielo no se le hubiera ocurrido ni a Homer Simpson.
Yo sólo digo que mientras leía el post he bebido un sorbo de agua y me han dado ardores. Ahí queda eso.
¿Pero qué hablas de estilo impresentable?, ya quisiera Papelera tener tan buenos redactores.
Yo tampoco bebo el agua de la misma manera ahora, Michael Landon. Y creo que Homer Simpson hubiera tenido un poco más de vista que este hombre, ya que en su casa siempre se respetan las leyes de la termodinámica :-D.
Larsis, gracias de nuevo, por un módico precio me hago redactor de Papelera (tengo la claúsula de rescisión baja).
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