Por fin me he decidido a estrenar este pequeño espacio, cosa que llevaba mucho tiempo queriendo hacer. Después de mucho tiempo de gestación nace 'El Crisol de Papel'. Otro blog más en la inmensidad de la Red. No pretendo que sea una bitácora con millones de visitas, ni que sea una guía para nadie, ni siquiera creo que la mayoría de los artículos que aquí aparezcan sirvan alguna vez para nada, excepto para la fugaz satisfacción del mediocre autor que las escribe. El nombre del Blog refleja todo en lo que espero se convierta esta página con el paso del tiempo: un lugar donde se agrupen, mezclen y cambien de forma las más variopintas ideas, opiniones, curiosidades y vivencias. No serán necesarias las ardientes ascuas de la fundición para conseguir esa unión, pues sólo hay que verter esas palabras en un crisol de papel y esperar para que, entre quien las lee y quien las escribe, se cree una aleación de complicidad que haga que todo esto valga la pena.
Quizás ha sido hoy el día escogido por mí para comenzar a escribir porque necesitaba un poco de orden en mis ideas. Y que mejor manera de hacerlo que intentar expresar algo con cierta estructura formal. Porque hoy ha sido uno de esos días en los que llegas a casa con el corazón encogido, con cicatrices que se quejan y reabren cuando barruntan la lluvia. Y llegas con la certeza de la inutilidad de seguir aferrándose a la probabilidad de lo imposible, por más que cada noche intentes aumentarla escribiendo en tu mente los guiones más inverosímiles, en los que al final la doncella siempre acaba cayendo en tus brazos hechizada por bellas palabras de amor. Como en la vida real, vamos (ya escribiré un post acordándome de Disney y de sus castas enteras). Y todo esto, porque hoy he vuelto a sentir ese aguijón en el pecho, y he vuelto a mirar al cielo pidiendo la merced que D. Rodrigo clamaba el día de su derrota. Sólo espero encontrar en algún lugar la esperanza que perdí aquella vez, cuando dejé de oler el regaliz de su piel y el caramelo de sus labios.
Confío en que los próximos artículos sean más interesantes y menos pedantes que este. A los que ya no vuelvan, los echaré de menos. A los que regresen, les diría que se lo hagan mirar (¡Qué no, qué es broma!). A todos, sin excepción, bienvenidos al "Crisol de Papel".
Quizás ha sido hoy el día escogido por mí para comenzar a escribir porque necesitaba un poco de orden en mis ideas. Y que mejor manera de hacerlo que intentar expresar algo con cierta estructura formal. Porque hoy ha sido uno de esos días en los que llegas a casa con el corazón encogido, con cicatrices que se quejan y reabren cuando barruntan la lluvia. Y llegas con la certeza de la inutilidad de seguir aferrándose a la probabilidad de lo imposible, por más que cada noche intentes aumentarla escribiendo en tu mente los guiones más inverosímiles, en los que al final la doncella siempre acaba cayendo en tus brazos hechizada por bellas palabras de amor. Como en la vida real, vamos (ya escribiré un post acordándome de Disney y de sus castas enteras). Y todo esto, porque hoy he vuelto a sentir ese aguijón en el pecho, y he vuelto a mirar al cielo pidiendo la merced que D. Rodrigo clamaba el día de su derrota. Sólo espero encontrar en algún lugar la esperanza que perdí aquella vez, cuando dejé de oler el regaliz de su piel y el caramelo de sus labios.
Confío en que los próximos artículos sean más interesantes y menos pedantes que este. A los que ya no vuelvan, los echaré de menos. A los que regresen, les diría que se lo hagan mirar (¡Qué no, qué es broma!). A todos, sin excepción, bienvenidos al "Crisol de Papel".